#LaRonda35: Macros y micros ¿enemigos o amigos?


Tras el parón de agosto retomamos #LaRonda, este mes convocada por Gonzalo de Humulus Lupulus, para opinar sobre el dueto macrocerveceras y microcerveceras, sobre si deben ser enemigos íntimos o amigos de conveniencia, analizando también los últimos movimientos de las grandes cerveceras  en el sector “craft”.

Antes de nada quisiera hacer una pequeña reflexión al respecto de los términos macro y micro, ya que a pesar de usarlos con frecuencia creo que deberíamos plantearnos si son los más adecuados no solo en este momento en el que las diferencias numéricas entre ambas son abismales en muchos casos sino en un futuro próximo en el que no pocas “micros” actuales seguro alcanzarán ciertos volúmenes de producción medianamente elevados. No me gusta este dueto de grandes vs pequeños, como tampoco el término artesana por las lagunas que ofrece por ejemplo al contraponerse a esas supuestas “industriales” (¿todas las cerveceras son industrias no?) que tienen un tamaño grande pero cuyo producto en ocasiones también es más que notable (¿alguien se atreve a decirme que Weihenstephan es menos buena por su gran tamaño o por no autodenominarse “micro”…?). Entiendo que por comodidad tendemos a etiquetar todo, pero hay veces que esas etiquetas no son del todo acertadas y creo que en este caso concreto deberíamos plantearnos otro tipo de denominación.

Dicho esto, no entiendo por qué deben ser enemigos aquellas empresas del mismo sector más allá de la lógica competencia de mercado. Campañas como las de alguna gran cervecera en contra de las “micros” tratando sobretodo de mantener su trozo de pastel no va a impedir que la gente termine por conocer una realidad mucho más diversa e interesante. Además, pienso que querer asustar al público tiene un efecto rebote y a la larga provocará que más gente quiera conocer esa realidad. Desprestigiar de forma obcecada y generalizar con total desconocimiento sobre todo lo que les viene encima me temo que es una salida equivocada, y creo que la unión de fuerzas a base de talonario como en tantos casos ha ocurrido por ejemplo en USA (Founders, Goose Island, Firestone Walker...) tiene mucho más sentido.

Por otro lado, y queriendo desmarcarse de estas campañas ganándose por el camino unos cuantos fieles de lo artesano, hay otras grandes cerveceras que parecen querer ir de adalides de la “cerveza artesanal”, en mi opinión más por querer acaparar mercado que por realmente creer en las bondades de productos distintos y más interesantes. No hay más que ver cualquier anuncio de la “penta-estrellada” donde lejos de destacar sus escasas bondades organolépticas se suman al tan de moda marketing emocional con odas a esa amistad lubricada con cañas y sumando cuantos personajes famosos sea necesario.

Dicho esto, a día de hoy el papel que puedan jugar estas cerveceras vestidas de “craft”en el mercado peninsular no creo que sea muy distinto al de algunas cerveceras alemanas como Kostritzer, Paulaner u otras (un tema del cual ya hablamos en este enlace), que sacan cervezas que suene a “artesano”, nombrando estilos e ingredientes, y sobretodo (salvo honrosas excepciones) vistiendo la mona de seda aunque el contenido siga siendo eso, una mona. He escuchado que existe algún proyecto que parece querer ir más allá, pero como todo, hasta que no lo vea y sobretodo hasta que no lleve un recorrido, no puedo creerme nada, por atrayentes que suenen esos cantos de sirena.

A la pregunta de si las “grandes” pueden tener miedo de ver cómo crece la cerveza de calidad hasta el punto de ver amenazado su nicho de mercado, personalmente creo que no, ni dudo que esto ocurra a corto plazo a una escala verdaderamente relevante. Un producto de calidad como el que ofrecen algunas cerveceras a un precio más ajustado y bien movido en redes de distribución bien armadas (uno de los puntos en los que seguimos muy atrasados) terminará haciéndose su lugar más allá de los locales especializados, pero desgraciadamente hay que tratar de ser realistas y puede que para las más grandes ahora mismo todo esto no sea más que muchas moscas incómodas que le quitan cuatro migajas de la superficie de su gran pastel. Y no quiero que suene derrotista ni pesimista, pero querer que en dos días se cambie todo esto quizás es precipitarse, y sino mirad todos los años que llevan en USA picando piedra para conseguir que las “craft” arañen una cuota de mercado del 11% entre las más de 3400 cerveceras consideradas como “craft” por la Brewers Association. Que sí, que por algo se empieza, pero entendamos que el camino requiere de mucha paciencia, mucho trabajo y esfuerzo y sobretodo dar un salto en lo que a profesionalidad se refiere en muchos casos.

Salut!