Borefts Beer Festival 2015.


Aunque ya hace más de un mes que se celebró la séptima edición del De Molen Borefts Beer Festival, no ha sido hasta ahora cuando he encontrado el tiempo suficiente para recopilar en un texto todas las sensaciones vividas y las opiniones recogidas durante aquel fin de semana. Así que aunque sea con algo menos de vigencia, aquí tenéis aquellos puntos que encuentro más interesantes y destacables de reseñar.



Muchos de vosotros ya conocéis la carta de presentación de este festival. A cualquiera que haya ido y le preguntes te lo recomienda como uno de los mejores festivales de Europa (si no el mejor...), no tanto por el número de cervezas o productores sino más bien por la selección y por el ambiente que allí se vive. Así que las ganas enormes de asistir por un lado pero por otro la duda de si cumpliría con tantas expectativas me tenían en vilo.

Sensaciones…

Por un lado el Borefts no es un festival gigantesco. Se celebra en las instalaciones de la propia cervecera, con el encanto que tiene el hecho de estar rodeados de fermentadores, la estupenda sala de barricas… Por ello, aunque es un festival de renombre y congrega a gente proveniente de decenas de países (principalmente holandeses pero también más que destacable la presencia de nórdicos y yanquis), uno tiene la sensación de estar ante una de tantas ferias de productores en la que puedes hablar con el artífice de las cervezas, con el extra añadido de que se trata de algunas de las mejores cerveceras Europeas. Pero de cervezas ya hablaré un poco más abajo…

Reconozco que lo primero que me impactó fue ver como se lo tomaban la cantidad desmedida de raters… Con sus libretas y bolis, los smartphones echando humo con las apps, copas de agua para limpiar tras cada cata… A escala peninsular no he visto nada por el estilo y sinceramente creo que me alegro ;).


El sábado a media tarde no cabía ni un alfiler...

Otra cosa que me sorprendió pero en lo positivo fueron los precios del festival. Reconozco que no hay comparación con cualquier otro festival o feria a la que haya asistido previamente. Una vez comprado el pack inicial compuesto por un vaso, la completa guía y 6 fichas por 20 euros todo ello, todas las cervezas sin excepción costaban 1 ficha. Cada ficha comprada en bonos de mayor o menor cantidad salía a unos 1,60€ la ficha, así que tomar cualquier cerveza del nivel de las cerveceras asistentes, fuera Saison, Imperial stout, fuera una elaboración en barrica, etc. a ese precio fue una auténtica gozada.

En general la organización me pareció realmente muy buena, teniendo muchos detalles en cuenta para que los asistentes estuvieran a gusto. Un ejemplo fue la anticipación y gestión de las colas ya que salvo el primer día (viernes) a primera hora, que se formó una cola lógicamente más larga ya que todos tenían que comprar el pack inicial (que algunos salvaron comprando su entrada VIP, con el lógico sobrecoste pero ahorrando colas...), en general no hubo problemas cada vez que querías comprar otra remesa de fichas. Tampoco hubo colas considerables en los servicios, en parte porque había “meaderos” para hombres habilitados fuera de las instalaciones y casi siempre estaban vacíos. También relacionado con esto de las colas fue una gozada el hecho de poder entrar y salir de las zonas abiertas y cerradas sin controles de ningún tipo, bien para quien quisiera salir a fumar, a despejarse o simplemente para dar una vuelta. No sé cómo podrá ser aplicable a un festival como el BBF de Barcelona pero sin duda no hay comparación el hecho de disponer de esa libertad para la gente que asiste sin acreditación.


Otro punto que me gustó y que tantas veces hemos comentado en este u otros foros, fue el de la duración del festival. Éste tuvo lugar durante el viernes y sábado, pero además el domingo en Rotterdam había un post-festival para quienes tuvieran ganas de más. En muchas ferias que he estado por estos lares pienso que sabe a poco un solo día, más aún cuando traes tantos cerveceros foráneos como por ejemplo Mediona (la edición 2015 reunió a ¡¡62 productores!!…), por no hablar de desplazamientos largos, alojamientos… Esa fue la razón de que en el Borefts no tuviera la sensación de prisas ni de agobios por probar nada. Bebí la mayoría de las cervezas que quería probar de la guía, repetí varias y pude charlar con los productores sin ir mirando el reloj en ningún momento. Y eso se agradece y me gustaría que se copiara en tantas ferias por aquí (BBF o Birrasana, por ejemplo ya lo hacen…).

Algo que también me gustó fueron los puestos para limpiar los vasos. Había 3 o 4 puestos repartidos por las instalaciones y casi nunca había una cola que te hiciera esperar más de 30 segundos para limpiar el vaso. Terminabas la cerveza, limpiabas vaso y a otra cosa… Sin charcos, sin esperas… Muy cómodo y funcional. Y relacionado con esto, había un tanque con agua para beber para quienes quisieran rebajar el alcohol o simplemente limpiar el paladar sin coste alguno.


Para limpiar el paladar nada mejor que (friki)agua para todos...

En cuanto a comida, había una oferta muy amplia: ricas flammkuchen, guisos con cerveza, hamburguesas, puestos con quesos, patatas fritas con salsas, bocadillos… A precios ni caros ni baratos, simplemente aceptables para lo que se paga por ciertos países de Europa.


De estos platos cayeron unos cuantos durante el festival...

Este estofado con Hel & Verdoemenis se quedó sin probar... Y no por ganas...

En cuanto a sillas y mesas había habilitada una zona exterior (una cubierta y otra descubierta) y también otra interior en la sala de barricas con mesas tipo picnic. El problema es el de siempre, en esas mesas había poco movimiento y mucha gente las ocupaba y raramente se movían. En el interior de la fábrica había algunas mesas altas pero se echaban en falta algunas más así como sillas en la parte inferior de la sala de barricas, que era bastante amplia y nunca la vi excesivamente llena de gente.

Mesas exteriores.

Quizás eché en falta un hilo musical interesante, que no saturara ni desbordara como ocurre en algunas ferias o festivales de por aquí. A primera hora del viernes y cuando no había tanta gente en la zona interior de la sala de barricas daba una sensación algo desangelada.


Parte de la sala de barricas.

Pero salvando estas pequeñas minucias, para mí el único pero del festival fue el hecho de estar alejado de cualquier ciudad, no ya interesante en lo cervecero sino donde poder hacer algo más que simplemente beber. Bodegraven es una población pequeña y tranquila sin demasiados atractivos, e ir desplazándote 30-45 min en tren tanto a la ida como sobre todo a la vuelta hasta Amsterdam, Leiden o Utrecht es un hándicap. Aún así, pese a los desplazamientos, recomendaría sí o sí alojarse fuera de Bodegraven para complementar la oferta del festival con algo más. En nuestro caso nos alojamos en Bodegraven y pese a la comodidad diaria hubiera preferido respirar algo de ambiente fuera del festival, pero está claro que son sensaciones personales y cada cual tiene que decidir que es lo que se amolda más a sus planes.

Las cervezas…

Como decía al principio, tener en cartel a gente del nivelazo de De Molen, Närke, Alvinne, Hair of the Dog, Omnipollo… te asegura que vas a pasar un estupendo fin de semana en lo cervecero. En total hubo 19 cerveceras asistentes, con especial representación de europeas nórdicas (cinco suecas, dos noruegas y una letona). Había más de 230 cervezas distintas para probar, además de unas cuantas extra que no aparecían en la guía y que fueron sacando los cerveceros a medida que iban terminándose los barriles durante el festival, y de todas esas terminé probando unas 70 diferentes de un nivel medio bastante alto. Por no hacerlo demasiado pesado, y resumiendo muy mucho, a continuación os dejo las impresiones por fábricas.

- La organizadora, De Molen, presentaba una buena ristra de cervezas de todos los palos, especialmente hubo muchas elaboraciones en barricas y también experimentos con frutas u otros ingredientes particulares como wasabi, diferentes chiles, saltamontes (sí, saltamontes... su ingrediente “local” para la cerveza del estilo obligatorio que debían traer todas las asistentes). Me gustó bastante una IPA con naranja y chile, me sorprendió la Wasabi Saison, pero sobretodo disfruté varias Imperial stout... Ya se sabe que estos holandeses  juegan en otra liga cuando hablamos de cervezas negras corpulentas.


Con un grande: Menno, maestro cervecero de De Molen.
IPA con naranja sanguina y chiles... ¡Genial!

- De la estadounidense Hair of the Dog era de quienes más ganas tenía de probar y lo cierto es que no defraudaron, aunque todo lo que traían eran copas de fin de fiesta, con mucha barrica, mucho alcohol… Para tomar con más tranquilidad de la que se tiene (o apetece) en un festival. Adam From the Wood, Peach Fred From the Wood, Branby Cherry Michael… Copazos uno tras otro...


Un lujazo conocer en persona a Alan Sprints, su maestro cervecero.
¿Quién quiere estrenarse en el festival con una blonde o una saison ligerita
teniendo a tiro dos copazos en barrica con más de 10% cada una...?? xD

- No por más conocida quisiera obviar la que para mí y también unos cuantos más fue una de las mejores cerveceras del festival: Alvinne. Todos conocéis mi amor por las elaboraciones ácidas y “barriqueras” de estos genios belgas, pero en concreto su Lanti (una saison envejecida en barrica con moras, arándanos y creo recordar también endrinas) y su cuarta edición de la Beer Geek Wedding las repetí al menos 3 veces cada una. Gozo extremo!!


Para llorar de placer las cervezas de estos genios belgas... pero también para llorar
cuando ves que por aquí abajo hay tan poca gente que las valora como merecen...

- A la gente de Gänstaller los conocí en persona hace unos años por Franconia (aquí tenéis la crónica de la maravillosa velada vivida en su bar) y ya sabía de lo que son capaces con la baja fermentación. Pero en este caso me descolocaron con su trabajo de fusión de estilos aparentemente inconexos como su American Stout Lager.

- Omnipollo fue junto con Alvinne y Hair of the Dog una de las cerveceras que más elogios recibió por nuestra parte. En botella he probado algunas cervezas suyas y no siempre he terminado satisfecho con su relación calidad/precio, pero en este festival su Agamemnon y también OmniPrairie sin dudarlo van a mi top 10 de lo que probamos.


Descomunales las oscuras de esta gente... En la foto Agamemnon.

- De la inglesa Redchurchya conocía su buen trabajo con las stout y en este caso fueron las saison las que me dejaron muy buen sabor de boca. Por otro lado, la holandesa Kees ha sido una de las gratas sorpresas en botella de los últimos meses, con cervezas realmente muy bien hechas, sin desbordar las papilas pero sin que ello signifique un trago aburrido o falta de sabor. En este caso de barril fue aún mejor, por no mencionar sus I.stout en barrica que traían en primicia. De la noruega Lervig probamos también varias curiosidades que se desmarcan de su habitual gama de IPAs y Pale ale como una saison con uva Chardonnay y envejecida en barrica, una red Flandes en barrica de cognac, una berliner weisse… En general todas muy disfrutables e interesantes.

- A la tripleta de Alvinne, Omnipollo y Hair of the Dog debo añadir Magic Rock, uno de mis ojitos derechos en cuanto a cerveceras británicas de inspiración yanqui. Quitando sus clásicas y muy ricas APAs e IPAs, me maravilló especialmente su Bearded Lady Dessert Edition en barrica de Bourbon y también la especie de Red IPA en colaboración con Cigar City para el Rainbow Project 2015.


Me entran escalofríos de recordar de nuevo en esta cerveza...

- En cuanto a Närketodo lo que probamos tuvo un nivel más que notable, aunque me quedé esperando que trajeran algunas de esas referencias más potentes y oscuras que dan fama a estos cerveceros. Aun así probamos varias cervezas inspiradas en estilos históricos como las Heather ale, las Gotlandsdrika... realmente muy interesantes.



- De la sueca Brewskime sorprendió su juego de diferentes frutas con APAs, IPAs y también Berliner Weisse. Otra sueca, Malmö, fue una de las desconocidas que más gratas alegrías nos dio del festival. De esta última probamos la mayoría de sus cervezas (más de 10), casi todas ellas alcanzando un buen nivel, fuera cual fuera el palo: elaboraciones ácidas en barricas, cervezas con frutas, trigo, porter con vainilla… La pena es que por el momento no exportan y son un brewpub.


Con piña, con fruta de la pasión... Sin duda estos cerveceros consiguieron
sorprender con cervezas muy curiosas a la vez que muy 
refrescantes.
 

La gente de Malmö, unos cracks con todos los estilos.

- De los letones Labietis, la noruega Austmann, la escocesa Brewdog, la inglesa Burning Sky y la holandesa Oedipus fueron de las cerveceras que menos referencias probamos y tampoco me encontré con nada muy destacable y/o muy recomendable así que prefiero abstenerme de opinar nada. Por último de Naparbier lógicamente no probamos más que un par porque ya sea en botella o en barril suelo tener acceso fácil a ellas.


¿Que hay que traer obligatoriamente una Saison con un ingrediente local?
Pues nada, una Amstel como agua para cocinar...

¡¡Enormes los holandeses de Oedipus!!
Tiene mucho mérito lo de estos cracks navarros, repitiendo en un festival
en el que poca gente vuelve dos años seguidos...

Como conclusión final sobre las cervezas me gustaría hacer dos comentarios. Por un lado el ya mencionado buen nivel en general de las elaboraciones, con mucha variedad de estilos y unas cuantas cervezas verdaderamente notables. Por otro lado quizás se echó en falta una presencia más amplia de cervezas “normales” como Pale ales e IPAs estándar sin ingredientes añadidos. En el fondo es cierto que el festival es un escaparate de cerveceras muy conocidas que quieren sorprender al público con rarezas y extravagancias, pero tras tantos “experimentos” uno termina queriendo beber también alguna cerveza más “normal” :P. De hecho, la mejor APA que probamos no fue en el festival sino en el Beer Temple de Amsterdam.

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Y creo que hasta aquí queda bien resumido lo que dio de sí, al menos lo más destacable. Podría hablaros con detenimiento de muchas cervezas pero creo que tampoco es plan de aburriros. Sin duda os recomendaría la visita del Borefts a todos aquellos que aún no conozcáis el festival aunque como decía arriba si queréis un fin de semana algo más completo trataría de complementarlo con visitas a bares y ciudades por las tardes/noches, o hacer algo más de turismo no cervecero si no queréis terminar con cara de levadura :-P. Por último, por supuesto felicitar a la organización y también agradecer a todos aquellos con los que compartí alguna cervecita o un pedazo del fin de semana, en especial al amigo Antonio Bravo, mi compañero de birreteo, de habitación y de muchas cosas que mejor las dejamos ocultas tras esa recurrente frase de “lo que pasa en el Borefts, queda en el Borefts... ;-).



Salut!