¿Aversión a las IPA? Cuestión de genética...


Si hay un estilo que hoy en día goza de muchísimos seguidores en cualquier punto del mundo pero especialmente en Estados Unidos, es el de las India Pale Ale o IPA. Pero aún así sigue habiendo mucha gente que huye del amargo del lúpulo, algo que según leí en una noticia publicada por la NPR, la red de radio pública estadounidense, podría tener explicación en nuestros genes.

Foto tomada de aquí.

Según parece, la mayor o menor sensación amarga viene determinada por el tipo de unión de las moléculas de los alimentos con sus correspondientes receptores y existe un receptor en concreto llamado TAS2R38que está presente en un cuarto de la población y que nos hace más sensibles frente a los alimentos amargos.

La Universidad de Connecticut llevó a cabo un estudio para ver si la gente con ese receptor TAS2R38 comía menos espárragos o coles de Bruselas que la gente sin ese receptor y el resultado fue que la gente hipersensible al amargor consume 200 raciones de verdura menos al año. A esta conclusión también llegó un equipo de investigación en Turín en 2007 investigando a un total de 600 voluntarios.

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La investigadora Valerie Duffy reveló a la NPR que en lugar de evitar esas plantas amargas, la gente poseedora de ese receptor eliminó cualquier vegetal de su dieta. Valerie cree que la razón se debe a que si alguien encuentra algunas verduras demasiado amargas tiende a generalizarlo a todas las demás.

Sin embargo también añade que hay otros factores fisiológicos y ambientales que influyen en nuestro sabor y esto puede cambiar a lo largo de nuestra vida. La forma en que nuestros padres nos criaron puede influenciar nuestros hábitos alimenticios, y por ejemplo durante el embarazo muchas mujeres se vuelven más sensibles al amargor, por no hablar de la pérdida de sensibilidad propia de la edad más avanzada que nos podría hacer más tolerantes al amargo.

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En 2009 un grupo de investigadores de la Universitat Pompeu Fabra comandado por Carles Lalueza llevó a cabo un estudio en el ADN de Neanderthal de 48.000 años de la cueva de El Sidrón (Asturias) y llegaron a la conclusión de que el mismo hombre de esa época podría haber tenido diferencias en la percepción del sabor amargo. Aquí tenéis el resumen en inglés de dicho artículo.

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El canal de televisión CNBC señalaque la IPA es el estilo de cerveza que más ha crecido y el más vendido pero hace 20 años poca gente lo bebía. Las cervezas que en su día eran consideradas extremas como la Harpoon IPA o la Sierra Nevada Pale ale hoy en día son consideradas como normales por la gente que se ha adaptado al amargor.

¿Nos estamos volviendo unos “hopheads”?

Esto significa que no está perdida la batalla para aquellos con el citado receptor, eso sí, siempre que los cerveceros no sigan con esa escalada sin fin por hacerlas cada vez más y más amargas.

Aquí tenéis el artículo original de la web de la NPR.