Honrando al santo Lúpulo (y van 3 años…).


El “moerno” San Lúpulo de Capúa.
Al final va a ser cierto eso de que con cervezas de por medio hay pocas excusas que nos impidan sumarnos a cualquier lío… No se entiende de otro modo que por tercer año consecutivo los amigos de Cervecearte se marquen un enredo como el de San Lúpulo en el que nos piden adoración al más amargo de los santos y tardemos menos que nada en unirnos pese a que la fecha del santoral haya quedado atrás. La cuestión es tener algún pretexto para beber buena cerveza, no? ;-)


En un mundo ideal, con más tiempo y una despensa más cargada de cervezas, especialmente lupuladas, me habría currado un post más original y repleto de birrotes que os hiciesen retorcer el morro cual abuelitas desdentadas frente a una Quíntuple IPA con 5341,02 IBUs maridada con una tortilla de lúpulo Amarillo chorreante de resina proveniente de los idílicos valles estadounidenses… Pero no es el caso ni de lo uno ni lo otro, aunque, quién sabe, quizás a lo último me anime algún día…

Así que a pesar de que esta vez el anuncio del evento me pilló completamente desprevenido, terminando de cerrar Mi Beerano Cervecero y pensando más en los birrotes que me iba a echar entre pecho y espalda para celebrar la entrada a mi tercera década vital, evidentemente no me iba a quedar sin beber alguna buena cerveza. Así que tras analizar detenidamente la sección “no.mires.mucho.y.deja.que.envejezca” del fondo de la bodega encontré un “auténtico animal” que ya llevaba acumulando polvo más de un año… ¿Y qué mejor excusa que celebrar los 30 años, no os parece?

La susodicha es la Magic Rock Strongman, una barleywine limitada a 540 botellas hecha con su Imperial IPA Un-Human Cannonball (tremendo birrote, por cierto) como base y a la que en lugar de darle el correspondiente dry-hoppingen este caso se la mete en una barrica de 500 litros del vino amontillado de la bodega jerezana Rey Fernando de Castilla, con el cuello sellado con cera negra para permitir un buen envejecimiento en botella. Estaréis conmigo que no pinta mal, ¿verdad? Pues os quedáis cortos… Sensacional sería poco para definirla, tremendamente compleja y en la que destaca una combinación bastante peculiar de notas a fruta confitada, orejones, membrillo, así como las notas a frutos secos, sobretodo avellana pero también un punto a nueces amargas, muy pero que muy seca, con un sabor realmente persistente, una ligera acidez y un final cálido, seco y amargo. Realmente como estar tomando un amontillado. Genial, para amantes de las cervezas con marcados recuerdos del paso por barrica y para disfrutarla un buen rato a sorbos muy pequeños. Y lo mejor es que pese al año de guarda tiene un potencial de envejecimiento bastante prometedor… Lástima no tener otra botella ;).

Qué pedazo cervezote...

Pero al igual que al ratoncito Pérez, a Santa Claus y a los Reyes Magos, también al Santo Lúpulo se le debe honrar durante todo el año (y cuanto más mejor...), aunque mi paladar, pese al nombre que corona este blog, tienda más a los continuos escarceos con esas pérfidas y ácidas lámbicas que a los alfa-ácidos… Lo siento padre, pero es que tienen ese “je ne sais quoi” que no puedo contenerme…

Ni con una “Santa Lúpula” como esta
uno puede 
reprimirse ante las lámbicas…
Imagen tomada de aquí.

No me costó mucho encontrar otra botella adecuada para seguir honrando al “santo”, puesto que últimamente ni tengo demasiadas IPAs en la despensa ni tardo nada en consumirlas. En este caso le tocó el turno a la estadounidense High Water Hop Logic, una Imperial IPA tremendamente bien atada por todos sus flancos, deliciosa, por un lado asomando sugerentes recuerdos cítricos, a mango, pomelo, piña e incluso algo de pino, mientras que por otro era la robusta base, maltosa y acaramelada, quien conseguía un trago genial, redondo y realmente disfrutable. Me pareció realmente curioso que su hermana pequeña Hop Riot (que la probé días antes), pese a ser una IPA, fuera algo más alcohólica y desequilibrada. Y si hay algo que me gusta de las buenas cerveceras yanquies es la habilidad que tienen para conjuntar cantidades insanas de lúpulo con una buena base y este es un gran ejemplo de ello. Genial.

No será el maridaje más acertado,
pero disfruté como un enano comiendo
estos rovellons recién recolectados

El fin de semana avanzó con más vino que cerveza, ya sabéis que mi corazón de tanto en tanto vuelve a sus amoríos primigenios con el “zumo de uva en barrica”, pero como se trataba de honrar al Santo Lúpulo en este post, a continuación os dejo una buena dosis de lúpulo altamente recomendable que he podido disfrutar durante las últimas semanas, gracias sobretodo a un buen amigo estadounidense. Todo sea por no recibir el castigo del santo… O el de los compis Andrés y Mireia… ;-)

Beavertown Holy Cowbell. Esta londinense me ha dado muy gratas sorpresas con cervezas oscuras y/o envejecidas, pero esta stout rebosante a notas de café y chocolate negro amargo y un contrapunto genial cítrico y resinoso, es como poco para quitarse el sombrero.


Firestone Double Jack. Los que no hayáis probado nada de estos californianos deberíais tratar de hacerlo para entender la diferencia entre una Imperial IPA magnífica y “todo lo demás”. Suena muy radical, pero os doy mi palabra de que tanto piropo y halago de tantas personas distintas no son casualidad…


Hoppin’ Frog Hop Heathen. Una sinergia sensacional entre maltas oscuras y torrefactas con cantidades alocadas de lúpulo y, al igual que en su genial B.O.R.I.S., posee una textura sedosa alucinantemente adictiva. Para tener sueños eróticos con esta black IPA… ¡Viva la rana que la parió!


Lagunitas Night Time. Qué auténtica joya… Otra demostración magistral de que las Black IPA tienen muchísimo sentido más allá de la incoherencia semántica. No he probado muchas Lagunitas, pero esta se lleva de momento la palma. Birrote maravilloso.


Pipeworks Ninja vs Unicorn. Otra Imperial IPA genial por su equilibrio y su facilidad para beber, una base maltosa enormemente bien trabajada y un intenso y sugerente lúpulo cítrico y resinoso que enamora.


Three Floyds Dreadnaught. La última cerveza del post y sin duda la mejor de todas. Supongo que ser la tercera mejor Imperial IPA según los votos recibidos en Ratebeer, solo por detrás de Pliny the Elder y Pliny the Younger, deberían ser un indicativo de a lo que nos atenemos… Nunca he estado tan de acuerdo con un "doble 100" de esa web.


Y con esta sobredosis de IBUs y sobretodo lúpulo yanquie doy por cerrado mi homenaje. ¡Viva el Santo Lúpulo! ¡Viva la buena cerveza! ¡Y vivan también los grandes de Cervecearte por enrolarnos a todos!

Para quien se haya quedado con ganas de más lúpulo, aquíy aquíos dejo mis particulares aportes de 2013 y 2012 respectivamente.