Brasserie Cantillon amplía su producción con un nuevo local.


Hoy quiero compartir con vosotros una noticia sobre mi tan admirada Brasserie Cantillon, una cervecera afincada en Bruselas y cuyas elaboraciones perfectamente las podríamos considerar unas auténticas supervivientes en un mundo repleto de automatismos, de maquinarias precisas y minuciosas y también de controles sanitarios en ocasiones un tanto desmesurados.


Durante el pasado verano su maestro cervecero, Jean Van Roy, desveló una grandísima noticia, y es que tras estar un tiempo buscando un local con el que ampliar sus instalaciones, finalmente en julio encontraron ese que podéis ver en la foto anterior, situado en la Rue Sergent De Bruyne y a escasos 300 metros de su local actual en el número 56 de la Rue Gheude, en Bruselas. En el siguiente mapa podéis ver la calle y la localización de la Brasserie Cantillon.




El local perteneció en su día a una mezcladora de lambic llamada Brasserie Limbourg que tristemente cerró en la década de 1960 y con este nuevo espacio, Cantillon tendrá cabida para doblar la producción a lo largo de los próximos 4 años, pudiendo así ofrecer estas cervezas a mercados que las demandaban insistentemente como por ejemplo el estadounidense. Era tal esa demanda que hasta ahora no tenían más remedio que rechazar el 50% de las peticiones para la exportación por falta de ese espacio necesario para guardar y posteriormente mezclar las diferentes añadas.


Hace unos días desde Cantillon compartieron unas fotos en las que mostraban como impregnaban las paredes de su cerveza lambic con un spray, para así crear el microclima favorable para la guarda de esta cerveza tan particular. Lejos de ser algo excéntrico, esta costumbre era habitual entre los productores de lámbic cada vez que adquirían un nuevo local.



A continuación tenéis dos fotos, una con el lote elaborado expresamente para guardar durante dos o tres años en la nueva localización y que podrá ser utilizada a partir de 2016-2017, y por otro lado las barricas con la cerveza ya en el nuevo local.




Esperemos que de este modo las elaboraciones de Cantillon dejen de escasear y podamos por fin disfrutar de ellas con una mayor regularidad, acabando también con el mercado negro que las rodea y cumpliendo así aquello que nos contaron en nuestra visita a la fábrica de hace unos años: “las cervezas de Brasserie Cantillon no deben ser objetos deseados y costosos que solamente puedan permitirse unos pocos pudientes, sino una cerveza para el pueblo”.

Sin duda, una grandísima noticia para los amantes de las lambic ¿no os parece?

Salut!

* Todas las fotos tienen sus respectivos derechos de autor.