Comidista, los integristas te saludan.


Dudo que con el movimiento generado ayer en las redes sociales todavía quede alguien a quien no le haya llegado rebotado el último post publicado en El Comidista, otro bluf más que se suma a una larga lista de genialidades virales que aparecen por la red casi a la misma velocidad que vuelven a desaparecer dejando más vergüenza ajena que otra cosa. Sea como sea, a continuación os dejo mi particular réplica.

Una caña es una caña, no le des más vueltas” firma Jordi Luque en el pie de foto que corona el gigantesco disparate que le sigue. Creo que es lo único en lo que coincido realmente con usted, Sr. Luque. Si ese es el eje de su argumentación, realmente podría habernos ahorrado mucho tiempo a todos, principalmente a usted mismo.

Su primera gran frase: “Desde mi nada humilde punto de vista, gourmetizar productos básicos –sí, acabo de catalogar la cerveza como soldado raso de la bebida– no es el camino para alcanzar una mayor sapiencia gastronómica, sino el reflejo de una falta de cultura que nos lleva a actuar como nuevos ricos. Algo parecido sucede con el pan, que al fin y al cabo es la versión sólida de la cerveza”.

¡Arrea! Ahora resulta que la cerveza era un producto básico y llevo pagándola al 21% en lugar de al 4%... Señor Luque, ¿realmente cree usted que es falta de cultura la que lleva a las masas a consumir cerveza artesana queriendo jugar a ser ricos? ¿No será el querer ir más allá y aprender más de lo que esa cultura de la “cañita” que usted ensalza en su texto en realidad le ofrece con un producto vilipendiado, ese refresco sin alma de color amarillento? ¿No serán talibanes esas grandes corporaciones que quieren imponer una realidad cerrada y única sin argumentación y tirando de famosetes para captar la atención? ¿Y cuando habla del pan, señor Luque, se refiere a que prefiere que sigamos consumiendo ese trozo de goma que venden en los supermercados?

Segunda gran cavilación: “La cerveza, incluso cuando es artesana, es cerveza. Por muy flamencos que os pongáis, nunca estará a la altura del vino o los destilados. Porque, sí, hay productos con más y menos categoría. A pesar de los loables mandatos culinarios que reclaman el mismo trato para los productos humildes y los más lujosos, el caviar sigue siendo caviar y está muy bien que sea así. Cada cosa tiene su momento: las bebidas, también. El champán se guarda para las grandes ocasiones y la cerveza sólo es el principio del camino del bebedor. Pero eso es algo que se aprende trago a trago”.

¡Cuidado, gente! No se os olvide que estamos ante cerveza, trillita que los bárbaros disfrutan tras arrancar las cabezas de sus enemigos... Ni se os ocurra pensar por un segundo que tiene cabida en salas VIP en las que gente de pro toma destilados en copa balón, ni tampoco penséis agitar la copa (qué digo copa, vaso de plástico…!) igual que una copa de vino. La cerveza es humilde, un poco por encima del aguarrás y por supuesto muy por debajo del agua de lluvia para las plantas. Ya lo dice el sr. Luque, “eso es algo que se aprende trago a trago” y solo con el aprendizaje uno entiende que no debe tomar cerveza así como así... Solo en casos de máxima desesperación. Lo único, señor Luque, es que esa mentalidad clasista quizás no se sostenga ya que el grueso del vino que se vendía en España hace 50 años era a granel y con unos estándares de calidad lejos de esos aires de petulancia que usted le insufla. Y gracias a gente como la que critica en la cerveza artesana, ahora se hace mucho mejor vino…

Prosigue... “Si lo de la cerveza artesana es amor sincero a la gastronomía, ¿cómo se explica la pobre oferta culinaria que suele acompañarla? [...] en la mayoría de templos cerveceros que conozco creen que la cerveza sólo casa bien con grasas y fritos. Es una visión estrecha y que, paradójicamente, no aprovecha la riqueza aromática de maltas y lúpulos.

Sr. Luque, ¿está ud. seguro que no se ha equivocado de bares? ¿Ha estado en El Celler de Can Roca, calificado por muchos como el mejor restaurante del mundo y que tiene una carta de cervezas nada despreciable? ¿Y qué tal si para autoresponderse investiga esos contratos de las grandes cerveceras que esclavizan a los restauradores – también los top estrellados - con sus marcas e impiden cualquier atisbo de poder probar una buena cerveza en sus cartas? Pero es que además, ¿cómo quiere usted meter la cerveza en restaurantes de alto standing si dice que la cerveza es un “soldado raso” y como tal hay que tratarla?

¿Vamos a pararnos ante la caña para diseccionarla organolépticamente? ¿Reproduciremos con la cerveza el esnobismo que ha acartonado el mundo del vino?”.

Dios nos libre... El cartón es uno de esos defectos que pueden aparecer en la cerveza y con el que espero que no se encuentre nunca... Está presente incluso en esa caña que no quiere diseccionar, y le recomiendo muy encarecidamente que no cambie de parecer ya que podría encontrarse con sorpresas muy desagradables en esa cañita que tanto admira...

Termina con una gran obra de clarividencia y coherencia. “Por cierto, y ya para que me deis bien, no quisiera terminar sin decir que, a pesar de mis esfuerzos, aún no he desarrollado el gusto por las lámbicas. Reconocedlo, tienen más acético que el quitaesmalte. Y esto no puede ser una característica, es un defecto”.

Pero señor Luque, ¿no censuraba que “cuatro nociones básicas te dan una pátina de sabiduría y eso, en la época dorada del sabelotodismo sobre comer y beber, mola mogollón, para qué negarlo”? Seamos un poco coherentes… Además, ¿cómo alguien tan sabio confunde la acetona del quitaesmalte con el ácido acético de las lámbicas? ¿Y de ahí a considerarlo un defecto? Y eso que no quería diseccionar el vaso organolépticamente... No siga por ese camino que igual encuentra recuerdos a establo y a manta de caballo y todo...

En fin, sr. Luque, si como usted dice “lo que bebemos es una proyección de la imagen que queremos dar”, ¿qué bebida toma tan abusivamente para berrear toda esa cantidad de afirmaciones? ¿De veras un periódico del prestigio de El País paga por escribir artículos como el suyo o va a ser cierto eso que dicen que con la crisis hay quien paga por trabajar? Le compadezco y le comprendo cuando afirma en otra de sus grandes frases que “hay productos con más y menos categoría”... Al igual que hay periodistas ejerciendo y gente que cobra jugando a serlo. Que Ninkasi nos pille confesados y, sí, “dejad esa cañita en paz”... y si puede ser buena, mejor que mejor.

Foto tomada de aquí.

Salut i bona birra! / ¡Salud y buena birra!