Recreando una cerveza nórdica de 3000 años de antigüedad.

En numerosas ocasiones os he mostrado mi pasión por el maravilloso mundo de la historia y la arqueología cervecera con entradas realmente variopintas, desde noticias sobre hallazgos muy antiguos, pasando por recreaciones de estilos tristemente desaparecidos más recientemente, sin olvidar algunos monográficos sobre estilos poco conocidos y que resisten con más pena que gloria los embates del tiempo y más aún de las modas.

El caso que hoy nos ocupa es una cerveza elaborada en colaboración entre la cervecera danesa Skands Bryggeriet y el Museo Nacional de Dinamarca cuya receta se inspira en unos restos de más de 3300 años de antigüedad. Estos se encontraban en un cubo de corteza de abedul que a su vez estaba dentro de una tumba conocida como “la joven de Egtved” (aquí tenéis más información), por estar cerca de la población con ese mismo nombre, en el sur de la actual Dinamarca.

Etiqueta de la cerveza, Skands Egtvedpigens Bryg.

Los restos, fechados en la edad del bronze y por lo visto bastante reputados por ser uno de los ejemplos mejor conservados de la cultura nórdica para esa época, fueron descubiertos en 1921 y pertenecían a una joven de entre 16 y 18 años.

Foto del emplazamiento original, tomada de aquí.
Restos en Copenhagen. Foto tomada de aquí.

Recreación de la joven de Egtved. Ilustración tomada de aquí.

Arriba podéis ver los restos originales que hoy en día se encuentran alojados en Copenhagen. En la población original, Egtved, existe una recreación de la tumba original que podéis ver en la siguiente foto.

Recreación de la tumba que se puede visitar en Egtved.
Foto tomada de aquí.

Las condiciones ácidas de las tierras pantanosas de los alrededores por lo visto permitieron la buena conservación de la tumba hasta la actualidad y además del cuerpo (del cual se conservó el pelo, el cerebro, parte de piel y las uñas) y su indumentaria, entre el ajuar funerario se encontraba el citado cubo en cuyo interior había los restos de una bebida fermentada hecha con malta de trigo, miel, mirto, polen y un tipo de arándano rojo.

Cubo que contenía los restos de la bebida fermentada.
Foto tomada de aquí.

Tal y como comenta Peter Steen Henriksen, trabajador del museo y entusiasta cervecero, “teníamos una lista básica de ingredientes pero el reto fue encontrar la relación entre ellos. ¿Es esta bebida la que la gente de Egtved llevó a las tumbas? No podemos asegurarlo, pero al menos se trata de una suposición fundamentada”. También añade “trabajar con un cervecero experimentado ha sido crucial para el resultado”.

Birthe y Peter probando la cerveza.
Foto tomada de aquí.

Birthe Skands, cervecera de la fábrica comenta “Fue un reto excitante. Teníamos la lista de ingredientes a utilizar pero algunos pueden ser difíciles de trabajar. Demasiada miel hace que la cerveza sea demasiado dulce, demasiado mirto de Brabante podría hacerla demasiado fuerte. La idea era crear una cerveza equilibrada”.

Foto tomada de aquí.

Finalmente la cerveza posee 5,5% de alcohol y ha sido embotellada en los formatos de 50cl y 25cl. Por si a alguien le interesa se pueden adquirir en la tienda online del museo al precio de 5,20€ y 2,80€ respectivamente.

Aunque es muy posible que esta recreación o reinterpretación tenga muy poco que ver con la bebida milenaria original, para quienes tengáis alma de beer hunter como un servidor no me negaréis que es toda una tentación.