Doris Engelhard, la última monja maestra cervecera de Europa.


Hoy quiero dedicar unas líneas a Doris Engelhard, un personaje cervecero que demuestra la gran importancia histórica que han tenido las mujeres en la elaboración de cerveza y que pese a no acaparar los flashes de sus homólogos Mikkel Borg, Sam Calagione o Teo Musso, entre otros, su historia y labor es también muy interesante ya que se trata ni más ni menos que de la última monja maestra cervecera de Europa, labor que compagina con su su fervor por el rezo en la abadía de Mallersdorf, en Baviera. Que no os engañe su aspecto ya que su historia y sobretodo su forma de pensar no os dejarán indiferentes.




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Nuestra protagonista llegó en 1961 a Mallersdorf, una población situada unos 100 km al noreste de Munich, tras terminar la educación secundaria para entrar en una escuela llevada por la abadía de la población. Según palabras suyas quedó tan impactada por las hermanas que decidió que quería llevar una vida religiosa. Pero su padre, pese a ser católico, pensó que el convento no era la mejor opción y que en su lugar debía ganarse la vida trabajando con sus manos. Por ello, y pese a que Doris siempre había querido estudiar agricultura, tras recibir la propuesta por parte de la directora de hacerse cargo de la cervecería, no dudó en aceptar.

Localización de Mallersdorf.

Kloster Mallersdorf.

Como en tantos otros lugares de Alemania y especialmente en Baviera, la población de Mallersdorf está íntimamente ligada a la cerveza. De hecho aquí se elabora cerveza desde el siglo XII, en el que antaño fuera un monasterio de monjes benedictinos y que en 1869 fue reconvertido en el actual convento franciscano.

Pero volviendo con Doris, ésta empezó su aprendizaje sobre elaboración de cerveza en 1966 bajo el tutelaje de la anterior maestra cervecera, quien había estado elaborando en la abadía durante más de 30 años. En 1969 la hermana Doris terminó los estudios y desde entonces hasta hoy día, nada más y nada menos que 45 años, ha estado a cargo de la cervecería.

Foto tomada de aquí.

La jornada diaria de Doris, al igual que la de sus hermanas franciscanas, empieza con el canto coral sobre las 5:30 de la mañana, con la excepción de los domingos, día que se levanta sobre las 3 de la madrugada para elaborar cerveza, llegando así a  producir unos 3000 hl. anuales.

Foto tomada de aquí.

Como decía al principio, Doris es la última monja maestra cervecera en Europa ya que otra hermana de Ursberg más veterana que ella fue reemplazada recientemente por un maestro cervecero más joven. Según Doris, a parte de ellas dos también existía otra cervecería llevaba por monjas, en Scönbrunn, pero esta abadía cerró hace 30 años.

Foto tomada de aquí.

Preguntada por su opinión al respecto de que la cerveza sea una bebida alcohólica y por tanto genere situaciones conflictivas Doris no tiene reparo en reconocer que “me encanta beber cerveza. Es la más pura de todas las bebidas alcohólicas. Es una bebida muy saludable, siempre que no la sirvas de forma insensata”. De hecho está tan segura del beneficio de beber cerveza que recomienda tomar diariamente 1,5 litros a los hombres y 75cl a las mujeres. Ella misma no se acuesta sin tomarse su ración diaria, alrededor de medio litro, todas las noches.

Foto tomada de aquí.

Sobre la cerveza que produce, afirma que no existe ningún secreto y que cada lote es distinto, desmitificando al mismo tiempo el hecho de que las cervezas hechas actualmente en abadías se basen en recetas medievales.No puedo imaginar cómo alguien podría tomar esta cerveza si estuviese hecha con recetas antiguas y tradicionales, como sugiere a menudo la publicidad. Es ridículo. Cada año la cebada es distinta y tiene que ser procesada también de forma distinta, y no tenemos el mismo tipo de cebada hoy que tiempo atrás”.

Foto tomada de aquí.

Elabora cervezas diferentes dependiendo de la estación, desde maibock, doppelbock, zoigl, helles... Pero curiosamente no elabora un estilo tan asociado a Baviera como son las Weissbier ni tampoco Dunkel. Todas ellas recetas comparten la característica de no estar tratadas con conservantes, por lo que la cerveza no viaja bien y solamente se puede degustar en las proximidades de la abadía. Doris comenta “hay clientes que se quejan de que la cerveza se haga mala a las 4 o 6 semanas pero la cerveza tiene que disfrutarse tan pronto como sea posible, no guardarla muchas semanas ya que le cambia el sabor. La cerveza es un producto fresco”.

Ya para finalizar, la hermana Doris nunca pensó que su servicio como monja la llevara a ser maestra cervecera pero afirma “como escribió San Benedicto, Dios puede ser glorificado con todas las cosas, también con cerveza”. Y termina afirmando con satisfacción “lo bueno de este trabajo es que uno trata con cosas vivas: levadura, cebada, la conexión con los clientes. Lo volvería a hacer de nuevo”.

Foto tomada de aquí.

Y aquí termino el post, pero como también de curiosidades vive el hombre no quería despedirme sin compartir con vosotros la siguiente foto. Hace algo más de un año, en el periplo veraniego cervecero que pudimos disfrutar por Baviera (a los que no siguierais la serie aquí os dejo el enlace), pudimos comprar la cerveza que produce la madre Doris Engelhard, eso sí, sin conocer toda la historia que hay detrás.

Prost!!!

Algunas fuentes de información:

- http://www.faz.net/aktuell/beruf-chance/mein-weg/doris-engelhard-die-nonne-und-das-liebe-bier-1979498.html

- http://www.bier-tour.de/bayern/niederbayern/straubing-bogen/klosterbrauerei-mallersdorf/